Hacienda La Sauceda
La Sauceda tiene sus más remotos orígenes en el siglo XVI, cuando es fundada la provincia de Ávalos, que abarcó el centro y sur del actual estado de Jalisco. También señala que esta hacienda adquirió gran importancia entre 1700 y 1767, cuando era propiedad de la orden jesuita, no sólo por su enorme extensión, que empezó a acrecentarse desde el siglo anterior, sino por la práctica de la ganadería menor, debido al arrendamiento de sus tierras, a donde llevaban enormes rebaños de ovejas desde regiones tan distantes como el Mezquital y Querétaro. Era tal la cantidad de cabezas de ganado que pastoreaban en las tierras de La Sauceda, que cada año llegaban a contarse hasta 80 mil.
La Sauceda, una hacienda muy versátil, pues además del pastoreo se efectuaban otras actividades como la siembra y producción de agave, con lo que además se estuvo en la posibilidad de fabricar mezcal y tequila; se cultivaba trigo y, dada la abundancia de agua y la buena calidad de las tierras, se contó con un trapiche, un molino y hasta un ingenio cañero.
Todo esto, resalta, sólo fue posible en virtud de la enorme extensión de la hacienda, que llegó a poseer entre 23 mil y 24 mil hectáreas. Hacia 1767 la orden jesuita fue expulsada de la Nueva España y de todos los dominios españoles en América, por lo que La Sauceda pasó a ser propiedad de la Dirección General de Temporalidades, primero, y luego, a partir de 1781, del Marqués de Pánuco, Francisco Javier Vizcarra, un español que había hecho fortuna practicando la minería en lo que hoy es Sinaloa. A este personaje, se debe la mayor extensión de La Sauceda, misma que no dejaría de crecer a costa de sus vecinos sino hasta 1900, cuando aún permanecía en poder de sus descendientes.
El historiador explica que falta todavía por probar, mediante la revisión a detalle del archivo particular de La Sauceda, cómo ocurrió la diversificación de actividades económicas realizadas en esta hacienda; si bien nunca perdió el énfasis en el pastoreo y la producción ovina. Asimismo, indica que también es de suma importancia saber cómo se articuló con las otras grandes propiedades de la comarca, ya que se cree que ésta estaba conformada por cuando mucho tres grandes haciendas, aunque en los registros se mencionan a algunos pequeños ranchos que datarían del siglo XVII.
En ese sentido, es importante advertir que en esta identidad cultural generada en el centro y sur de Jalisco, se hace énfasis en hombres y mujeres que portan un imaginario o mentalidad ligados al mundo ganadero (la charrería, el mariachi) y al paisaje teñido con el color azul del agave (el tequila y mezcal), mismos que servirían de inspiración a personalidades tan importantes para la cultura mexicana como Juan Rulfo, Juan José Arreola, Blas Galindo, Elías Nandino, Luis Barragán o José Mojica, por mencionar sólo a algunas.
Esta hermosa Hacienda perteneció al clero, especificamente a los jesuitas. Al ser expulsados de la Nueva España en 1767 fue adquirida por don Francisco Javier Vizcarra, primer Marqués de Pánuco, acaudalado minero propietario de las famosas vetas de Pánuco, Sinaloa.
Esta hacienda es famosa también por su Cristo llamado «El Divino Salvador», cuyo origen se remonta a más de 2000 años de antigüedad. El ambiente de este museo nos remonta a la vida del acaudalado, con la exhibición de muebles antiguos de la época del Porfiriato, objetos personales de la Familia Vizcarra, pinturas, sala de juegos, etc.
«La Hacienda de la Sauceda debe ser considerada como una verdadera joya historica digna de ser un Museo Regional, que apesar de los muchos años trascurriodos se yergue en la actualidad firme y majestuosa rodeada de palmeras africanas, huerta de mangos, manantiales, sauzales, presas y pozos de regadio, y sus campos cubiertos de verdes cañaverales, maiz, sorgo, grabanzo, membrillos, y granadas agrias con las que preparaban deliciosos ponches.
Como llegar a la Hacienda La Sauceda
Llegaremos al municipio de Cocula y visitaremos al Hacienda La Sauceda, desde donde en 1905, partió el primer grupo de mariachis a la ciudad de México a tocar las mañanitas a Don Porfirio Díaz, y desde donde se catapulto la fama de el Mariachi Coculense.
Posteriormente llegaremos a la cabecera municipal y recorreremos el museo del mariachi, así como el templo de La Virgen de la Asunción y Presidencia. Visitaremos El templo de San Miguel Arcángel y reviviremos la historia de la guerra de los cristeros, ya que aquí nació el mártir Cristero San Sabas, uno de los 20 santos canonizados en el año 2000.
Cocula
Toponimia
Cocula en la antigüedad llevó el nombre de Cocollán o Cocolán, a cuya etimología se le ha dado el significado del “lugar de ondulaciones” o “lugar que se mueve en lo alto”. Fue cacicazgo independiente que tuvo como tributarios a los pobladores de Santa Ana Acatlán, Villa Corona, o Tizapanito, Xilotepetque y Tecolotlán que eran los pueblos de Atengo y Tenamaxtlán con sus pequeños pueblos sojuzgados.
En el blasón que representa este municipio se plasmaron elementos históricos y culturales que lo distinguen a nivel estatal y nacional como son su vocación y tradición musical y ser reconocido como la cuna del mariachi.
HISTORIA
Reseña Histórica
Varias familias cocas del reino de Tonalá, cansadas de la hostilidad que se les prodigaba, abandonaron el reino encabezadas por el valiente guerrero Huehuetztlatzin. Un grupo enfiló a Mexquitán ahora Colimilla, otro se asentó en San Martín Hidalgo, y el grupo al mando de Huehuetztlantzin fundaron su capital que se llamó Cocollán a legua y media de donde ahora se levanta Acatlán de Juárez, hacía el siglo XII.
Cocollán fue destruída a principios del siglo XVI, y por ello, hacia 1509 intentaron establecerse cerca de Tlajomulco, más los tlajomulcas auxiliados por los tarascas les dieron batalla y los hicieron retroceder a su antiguo sitio de Santa Ana Acatlán donde permanecieron hasta 1519.
Ese año se remontaron a la cumbre de una montaña que corre de oriente a poniente a fin de fundar nuevamente el poblado de Cocula, allí permanecieron hasta la llegada de los españoles.
El cacicazgo de Cocula era independiente. Su cacique Citlali: estrella, tomó parte activa en la Guerra del Salitre en 1510. Gobernaba aún Citlali cuando se presentó Alonso de Ávalos en 1521 e hizo la conquista del cacicazgo, quedando incorporado a la Provincia de Ávalos.
En 1524 arribó Francisco Cortés de San Buenaventura, Alcalde Mayor de Colima, hizo un nuevo reconocimiento y empadronó al cacique y a los naturales de Cocula. Los franciscanos convencieron a los indígenas de refundar el pueblo al pie de la serranía, esto se cree ocurrió hacia 1532 y desde esa fecha data el establecimiento de Cocula en el sitio que hoy ocupa.
Aún existen ruinas de la antigua población y se le denomina Cocula Vieja. Los españoles le pusieron el nombre de Villa de Cázares, designación que no prevaleció conservándose el nombre indígena. Como en la época de los evangelizadores, Cocula se halla dividida en cuatro barrios que son: San Juan, San Pedro, Santiago y la Ascensión.
En febrero de 1541 el virrey Antonio de Mendoza se encontraba en este lugar, según lo prueba la merced que hizo entonces a Francisco Pilo y Juan de Villarreal. En 1824, Cocula se convierte en uno de los 26 departamentos en que se dividió al Estado. En 1825 tenía ayuntamiento, y en 1830 ya tenía título de villa. Por decreto publicado el 22 de abril de 1833 se le concede a Cocula el título de ciudad.
Personajes Ilustres
Adrián Puga
Químico
José Palomar
(1807-1873). Benefactor
Joaquín Angulo
(1811-1861). Gobernador del Estado
Andrés Terán
(1825-1894). Licenciado
Pablo Valdez
(1839- ). Pintor
Elías Nandino
(1900- 1997). Doctor, poeta y literato
Cronología de Hechos Históricos
1521
Alonso de Ávalos conquista de manera pacífica el cacicazgo de Cocula.
1532
Fundación de Cocula en el sitio que ocupa hasta la fecha.
1541
El Virrey Antonio de Mendoza visita Cocula
1830
Cocula tiene categoría de villa
1883
En abril, se le otorgar a Cocula el título de ciudad.
1846
Cocula es cabecera de uno de los 28 departamentos del Estado
1871
En septiembre, se anexa a Cocula la comisaría municipal de Tizapanito
MEDIO FÍSICO
Descripción Geográfica
Situación
El municipio de Cocula está situado en el sureste de la región Ameca de la que forma parte, y en el centro poniente con relación al estado. Sus coordenadas son de los 20°14’30’’ a los 20°30’30’’ de latitud norte y 103°45’00’’ a los 103°55’00’’ de longitud oeste, a una altura de 1,320 metros sobre el nivel del mar.
Museo «De Cocula es el mariachi» ( Cocula )
El Museo fue inaugurado el 31 de diciembre del 2002, en el edificio llamado La Casa de los Juzgados. En el museo se exhiben fotografías de la historia del mariachi, instrumentos musicales, discografía, trajes de mariachi, tanto del tradicional como del mariachi actual.
Los servicios que ofrece el museo al visitante son visitas guiadas (previa cita), taller de música y de teatro los domingos, clases de la historia del mariachi por las tardes, taller de repujado y vitrales y sala de exposiciones temporales.
Horario
Martes a sábado de 9:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 18:00 horas. Domingo de 9:00 a 15:00 horas.
Dirección
Juárez #29. Centro.
Teléfono
(01 377) 773-2031 y 773-4884
El Mariachi
Origen y significado
Por Patricia Alamilla
Periodista egresada de la UNAM, Investiga sobre el mariachi y colabora en el Periódico “El Economista
Cuando escuchamos la palabra mariachi, de inmediato viene a nuestra mente una infinidad de pensamientos: Garibaldi, las trompetas, el traje de charro, las canciones despechadas y bravías, la juerga, José Alfredo Jiménez o Lola Beltrán…
Las asociaciones son innumerables y con todas, sin excepción, el mexicano hace alarde de su patriotismo, su tierra y su raza. Quizá no sea tan arriesgado afirmar que la mayor parte de los habitantes de México se siente identificada con el mariachi, lo siente suyo y lo acepta como un digno representante del país en el extranjero.
Sin embargo, ¿qué es lo que sabemos acerca de esta tradición? ¿De verdad nació en Cocula como reza aquella inmortal canción que interpretara Jorge Negrete? Sin ir más lejos, ¿qué significado tiene la palabra mariachi?
A nivel popular e incluso muchos diccionarios enciclopédicos afirman, el término mariachi se deriva de la palabra francesa “mariage”, que quiere decir matrimonio.
Este supuesto se basa en la creencia de que en los tiempos de la Intervención Francesa (acaecida en 1862), durante una boda de rancheros en un poblado de Jalisco llegaron unos soldados franceses, quienes sorprendidos ante tal jolgorio, en el que los músicos tenían un papel muy importante, preguntaron sobre aquella fiesta. El interlocutor lógicamente contestó: “C’est un mariage” (en francés), y así fue como los franceses denominaron al conjunto musical…
Para el investigador Jesús Jáuregui, esta hipótesis galicista se comenzó a manejar desde las primeras presentaciones radiofónicas en la Ciudad de México, del mariachi de Concho Andrade, precursor de estas agrupaciones en la capital.
El autor de “El mariachi. Símbolo musical de México”, cita en su libro un texto tomado de El Universal Ilustrado del 9 de agosto de 1925: “El Mariachi […] arranca, que se sepa, de la época de la Intervención Francesa, y su voz original significa, en francés, matrimonio; que por una frecuente corrupción vino a parar en ‘Mariachi’
Con el paso del siglo XX, algunas investigaciones y descubrimientos refutaron este supuesto galicista y surgieron nuevas explicaciones sobre el término.
Ricardo Espinosa afirmaba en su columna “Como dijo” -publicada en El Sol de México el 8 de abril del 2001- que el vocablo mariachi deriva de un canto aborigen a la Virgen María, en el que se mezclan el náhuatl, el español y el latín. “Este canto empezaba diciendo ‘Maria ce son’… que quería decir ‘te amo María’”.
Según Espinosa, la teoría es resultado de las investigaciones del canónigo Luis Enrique Orozco, historiador de la arquidiócesis de Guadalajara, basadas en un documento encontrado en Cocula que data del año 1695.
Lo cierto es que el manuscrito de Rosamorada, Nayarit, constituye el testimonio más antiguo del uso del vocablo antes de la Intervención Francesa.
El documento consiste en una carta fechada el 7 de mayo de 1852, escrita por el presbítero Cosme de Santa Anna al arzobispo Diego Aranda y Carpinteiro, en la que se quejaba de las escandalosas celebraciones de los pobladores con motivo del Sábado de Gloria.
Jesús Jáuregui reproduce en su libro un extracto del documento:
“Al acabarse los divinos oficios de mi parroquia en el sábado de Gloria, encuentro en la plaza y frente de la misma iglesia se hallan dos fandangos, una mesa de juego y hombres que a pie y a caballo andan gritando como furiosos en consecuencia del vino que beben y que aquello es ya un desorden muy lamentable; sé que esto es en todos los años en los días solemnes de la resurrección del Señor, y sólo que ya sabemos cuántos crímenes y ecsesos se cometen en estas diversiones, que generalmente se llaman por estos puntos, mariachis.
Para el escritor Hermes Rafael, presidente de la Academia de Folclor de la Sociedad de Estadística y Geografía y autor de “Origen e Historia del Mariachi”, está claro también que la raíz francesa del término es solamente un mito.
El estudioso plantea que la palabra surgió entre el pueblo coca, en Cocollan, asentamiento que después de transformaciones y desplazamientos se convertiría en la actual Cocula, Jalisco.
La raza coca, según el autor, surgió como producto de la mezcla entre otomíes y nahuas, y habitó la llamada región de Chimalhuacán. El investigador asegura que desde tiempos prehispánicos este pueblo le dio un lugar central al canto y a la música en su vida.
Hermes afirma que la palabra mariachi es un regionalismo que contiene la mezcla de voces cahítas y tarahumaras, y cuyo significado se traduce como “lo que suena en corrido”, concepto que alude a la rapidez con la que los músicos ejecutaban sus instrumentos.
Con el paso del tiempo y la ubicación geográfica del pueblo coca dentro de la región -la cual fue modificándose a causa de ciertos factores climáticos-, el significado de la palabra cambió a “lo que suena en el cerro” o “violines del cerro”.
Conforme los músicos de mariachi bajaron de la serranía y abandonaron Cocollan se dieron a conocer en otros pueblos -principalmente después de la etapa de Independencia-, por lo que dichas acepciones perdieron fuerza y al final el término mariachi significó solamente la propia agrupación.
Sin embargo, para Jáuregui también el origen coca del término, e incluso del conjunto, es discutible, puesto que el vocabulario en el cual se basa la existencia de dicha lengua contiene apenas 100 palabras y fue dictado en 1907 por el indígena coculense Ignacio Rodríguez Nixen al investigador Dávila Garibi, cuyos planteamientos han sido la base fundamental de la hipótesis autoctonista. Además, se ha demostrado que varias de esas voces pertenecen a la lengua náhuatl.
Otro documento, el de Tlalchapa, Guerrero, del año de 1859 (la segunda fuente más antigua en que se registra la palabra mariachi y que, por cierto, también se ubica con anterioridad a la Intervención Francesa), hace referencia a los músicos como «mariache», compuesto de arpas, violines y tambora.
Esta descripción fue realizada por el padre Ignacio Aguilar en una misiva fechada el 3 de mayo de 1859, día de la Santa Cruz.
La palabra mariachi no siempre ha servido para designar a las fiestas o al conjunto musical. Antiguamente se refería también al tablado o tarima sobre la cual zapateaban los danzantes que tradicionalmente acompañaban a los músicos, y al árbol del que se obtenía la madera para fabricar dicho tablado.
Las últimas dos acepciones fueron diluyéndose conforme el conjunto de mariachi fue experimentando diversas transformaciones al llegar a la Ciudad de México, entre ellas el hecho de que su música dejara de bailarse entre la gente citadina.
Queda entonces entendido que la hipótesis galicista es falsa; sin embargo, dado que los registros más antiguos que se tienen acerca de la palabra y del conjunto son muy recientes, es difícil establecer un significado único del vocablo y más complejo aún determinar el lugar de origen del mariachi, sobre todo si tomamos en cuenta que la existencia histórica de este grupo musical no ha sido exclusiva de Jalisco, sino que también está presente en regiones de Nayarit, Michoacán y Guerrero.
Se concluye, por lo tanto, que todas las acepciones del término fueron válidas en su momento, ya que en palabras de Jáuregui “la lengua es una realidad dinámica y las palabras en el espacio y el tiempo rara vez son unívocas […], generalmente son polisémicas y significan lo que la colectividad entiende por ellas”.
En cuanto a la fecha y lugar de nacimiento de la agrupación, es inútil fijarlos con verdadera certeza, porque a fin de cuentas el mariachi es una institución basada en una tradición oral que pasó de generación en generación entre los habitantes del occidente de México, y en la que se fundieron rasgos indígenas, españoles e incluso africanos.
Por lo tanto, el mariachi actual es resultado de un genuino mestizaje que incluyó la música, el canto y la danza, aunque al arribar a la capital mexicana y darse a conocer al mundo en los años 20 del siglo pasado, su esencia se haya modificado completamente.
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