Tequila Ocho en Los Altos: El Alma Artesanal del Agave y el Legado de Don Carlos Camarena
Hay tequilas que buscan la perfección técnica, otros la fama mundial. Pero solo unos pocos logran capturar el alma del agave y la esencia del terruño con tanta honestidad como Tequila Ocho, una joya creada por Don Carlos Camarena, maestro tequilero de tercera generación y guardián de una filosofía que combina ciencia, tradición y respeto absoluto por la tierra.
Una historia que nace del corazón de Los Altos de Jalisco
Tequila Ocho se produce en Arandas, Jalisco, una región famosa por su altitud, su suelo rojizo y su agave azul de sabor intenso. Allí, en la histórica Destilería La Alteña, fundada en 1937 por el abuelo de Don Carlos, nació esta etiqueta que ha conquistado a catadores y expertos del mundo entero por una razón sencilla: cada botella expresa un lugar, un tiempo y un cultivo irrepetible.

Don Carlos Camarena no se propuso crear una marca comercial. Su meta fue mucho más profunda: demostrar que el tequila puede ser un producto de terroir, igual que el vino o el café. Cada lote de Tequila Ocho proviene de un solo campo, de una sola cosecha, y se embotella sin mezclar con otros. Así, cada edición es única, con matices distintos según la altitud, la orientación del terreno o la madurez del agave.
En palabras del propio maestro:
“El agave tiene memoria, y en su corazón guarda el espíritu del campo donde creció.”
El arte de esperar: una cosecha que no se apresura
En tiempos donde la mayoría de las destilerías industriales cosechan agave a los 4 o 5 años, Tequila Ocho espera pacientemente hasta los 8 o incluso 10 años de maduración. Solo cuando la planta alcanza su punto ideal de azúcares se corta a mano, con respeto y precisión.
Este cuidado extremo tiene un propósito: garantizar que el tequila conserve las notas naturales del agave cocido —dulce, herbal, con ligeros toques de tierra húmeda— sin necesidad de aditivos ni procesos acelerados.
Por eso, cada botella de Tequila Ocho es una declaración de autenticidad. En la etiqueta se indica el nombre del rancho de donde provienen los agaves: “Rancho El Vergel”, “Rancho Los Nopales”, “Rancho El Refugio”… nombres que cuentan una historia distinta en cada cosecha.
Una destilación con alma y fuego lento
El proceso en La Alteña es un viaje al pasado. Los hornos de mampostería cuecen lentamente los corazones del agave durante casi tres días. Luego, se trituran en molinos mecánicos tradicionales y se fermentan de forma natural, sin químicos, en tanques abiertos de madera.
La destilación, realizada dos veces en alambiques de cobre, es un acto de precisión. Don Carlos no busca la pureza absoluta del alcohol, sino el equilibrio entre fuerza y carácter. El resultado es un tequila que respira: cada lote tiene su propia personalidad, pero todos comparten una estructura limpia, mineral y compleja.
Tequila Ocho: un tequila de parcela
Una de las mayores innovaciones de Tequila Ocho fue introducir el concepto del “Single Estate Tequila”, algo inaudito hasta hace pocos años. Esta idea, inspirada en los vinos de una sola viña, resalta cómo el clima, la altura y el tipo de suelo influyen en el perfil aromático del tequila.
Por ejemplo:
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Los agaves cultivados en suelos más altos producen destilados con notas florales, cítricas y ligeras.
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Los de tierras bajas, por el contrario, dan tequilas más robustos, con matices de miel, frutos secos y especias.
Cada edición limitada es, en sí misma, un retrato del campo. Por eso los conocedores coleccionan las diferentes etiquetas de Tequila Ocho como si fueran botellas de vino de añadas distintas.
Una filosofía que honra la naturaleza
Don Carlos Camarena no solo es un maestro tequilero, es también un defensor del equilibrio ecológico. En su visión, el tequila no debe extraer más de lo que la tierra puede dar. Por eso su producción es limitada, sus campos se rotan para evitar el agotamiento del suelo, y se promueve la biodiversidad natural del entorno.
Además, en La Alteña se reutilizan los residuos del agave (bagazo y vinazas) para generar compostaje o energía, reduciendo así el impacto ambiental. En tiempos de sobreexplotación y monocultivos, esta práctica lo coloca como uno de los pioneros del tequila sustentable.
De Los Altos al mundo: la alianza con Tomas Estes
El proyecto de Tequila Ocho tomó fuerza internacional gracias a la colaboración con Tomas Estes, embajador del tequila en Europa y dueño de bares icónicos en Londres y Ámsterdam. Juntos compartieron una visión: crear el tequila más transparente y honesto posible.
La dupla Camarena–Estes combinó la sabiduría artesanal mexicana con la curiosidad del mercado global. De esa unión nacieron ediciones legendarias que hoy se cotizan entre coleccionistas y sommeliers de destilados premium.
El alma del tequila artesanal frente al volumen industrial
En un mercado donde las grandes marcas producen millones de litros al año, Tequila Ocho mantiene su independencia. No hay líneas automáticas, ni aditivos, ni atajos. Solo manos expertas, fuego lento y paciencia.
Esa autenticidad se percibe desde el primer sorbo:
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En nariz, notas de agave cocido, miel, hierba fresca y toques minerales.
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En boca, una textura sedosa, cítricos maduros, pimienta blanca y un final largo y seco.
No es un tequila para beber de prisa; es para degustar, contemplar y comprender. Cada copa cuenta una historia que comenzó años atrás, en los campos rojos de Arandas.
Reconocimientos y premios
Tequila Ocho ha sido reconocido por expertos de todo el mundo:
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Medallas de oro en el San Francisco World Spirits Competition.
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Menciones honoríficas en The Spirits Journal y Whisky Advocate.
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Y, sobre todo, el respeto de bartenders y catadores que lo consideran una referencia del tequila artesanal moderno.
Sin embargo, más allá de los galardones, lo que realmente distingue a Ocho es su capacidad para emocionar al paladar. Es una bebida que te transporta al campo, al olor del horno y al eco del machete cortando agaves maduros bajo el sol de Jalisco.

Ediciones limitadas: el lujo de lo efímero
Cada año, Tequila Ocho lanza pequeñas producciones numeradas, muchas de ellas imposibles de repetir. Al provenir de un solo campo, cuando se acaba esa cosecha, desaparece para siempre. Eso lo convierte en un objeto de deseo para coleccionistas y amantes del tequila que buscan autenticidad.
En su catálogo destacan:
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Tequila Ocho Blanco, expresión pura y cristalina del agave.
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Reposado y Añejo, envejecidos en barricas de roble americano usadas, sin opacar el carácter vegetal.
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Extra Añejo, joya que combina elegancia, madera y fruta madura sin perder el alma del agave.
Cada etiqueta es una postal líquida del paisaje alteño.
Retos y legado
Mantener una producción artesanal en tiempos de globalización no es fácil. La presión por aumentar volumen o reducir costos es constante. Pero Don Carlos se mantiene firme:
“El tequila no se mide por litros, sino por alma.”
Su mayor reto es conservar la esencia familiar frente a la expansión del mercado. En eso reside su grandeza: preferir la calidad al crecimiento, la identidad al ruido comercial.
Vive la experiencia Tequila Ocho con Panoramex
Y si leer sobre Tequila Ocho despierta tu curiosidad, imagina vivirlo en persona.
Con Panoramex Tours & Travel, puedes visitar la Destilería La Alteña desde tu hotel en Guadalajara, recorrer sus campos de agave y presenciar cómo nace cada gota de este tequila excepcional.
Durante el tour:
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Caminarás entre plantíos de agave azul maduro.
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Conocerás el horno donde se cuecen lentamente los corazones.
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Degustarás distintas expresiones de Tequila Ocho directamente de los alambiques.
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Escucharás historias y anécdotas del legado Camarena.
Es una experiencia íntima, educativa y profundamente inspiradora, perfecta para quienes desean conocer el lado más auténtico del tequila jalisciense.
Un brindis final
Tequila Ocho no es una moda; es una manifestación de amor por la tierra, la paciencia y la autenticidad. Representa el futuro del tequila artesanal: uno donde la calidad, la transparencia y el respeto a las raíces pesan más que la mercadotecnia.
Así que, la próxima vez que visites Jalisco, deja que Panoramex te lleve a conocer la magia de Tequila Ocho. Descubre cómo un agave se convierte en arte líquido y comprende por qué, entre todos los tequilas del mundo, este es el que más se parece a la verdad.
¡Salud por los que aún creen que el tiempo y la pasión valen más que la prisa!